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domingo, 31 de agosto de 2008

Cabeza Mediana

Ayer para despedir el mes de Agosto, teníamos previsto realizar la ascensión a Peña Citores y desde esta cumbre seguir a Peñalara.

Al llegar a Cotos vimos que la niebla cubría las cimas, por lo que abordamos el plan B, consistente en subir a Cabeza Mediana y recoger el cache de su cumbre.

Esta cima no es muy frecuentada por los senderistas pese a disfrutar de unas incomparables vistas y una no despreciable dureza de marcha para culminarla, el desnivel a salvar desde la carretera de Rascafría en el desvío al Mirador de los Robledos es de 400 m. aproximadamente la misma que existe en la subida a La Bola del Mundo desde el Puerto de Navacerrada.

En el mencionado desvío de la carretera para acceder al Mirador de los Robledos, aparcamos el coche para hacer a pie la totalidad del recorrido.

La pista de subida es casi una autopista de montaña por su anchura aunque está bastante descarnada en su tramo final.

Comenzamos a subir hasta el aparcamiento del mirador y una vez traspasado el portillo que existe al final del camino, giramos hacia la izquierda para a los pocos metros girar a la derecha y comenzar un ascenso con moderada pendiente, que se mantiene hasta que poco después de dejar a nuestra izquierda una laguna el camino hace un brusco giro a la derecha y afronta el tramo final en una dura subida, aunque no demasiado larga.

Terminado este tramo nos recoge la amplia pradera cimera, donde en uno de los grupos de rocas se encuentra el vértice geodésico.

En la cumbre aprovechamos para alimentarnos e hidratarnos convenientemente y después de las fotos de rigor en el vértice, procedimos a la búsqueda del cache que ha cumplido sus cuatro años esperando visitas, las cuales la verdad es que no son muy numerosas.

El cache se encuentra perfectamente escondido y gracias a la precisión de las coordenadas se puede encontrar con relativa facilidad.

La vuelta la realizamos por el mismo camino, parándonos en el mirador a disfrutar de sus vistas.

Una especial mención reservamos a las zarzamoras del recorrido, se nota que no es una vía altamente frecuentada porque nos encontramos con unos frutos totalmente maduros, que si no andabas con cuidado en su recolección se te deshacían entre los dedos, y de una dulzura impresionante.

Durante todo el trayecto no encontramos persona alguna, solamente algunas vacas paciendo mansamente cerca de la cima.

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