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miércoles, 13 de noviembre de 2013

Otoño

Esta estación no se porque pero el ánimo me lo hunde un poco, será que además del acorte de días el que de repente te recorten otra hora mas hace que el espíritu tarde algo en adaptarse.

La contrapartida es que es la mejor época del año para perderte por el monte, los colores de las hojas van cambiando, el terreno se ablanda y los olores renacen con fuerza, sin contar con las setas, pero claro lo que tenemos por delante en el calendario son unas cuantas pruebas de asfalto hasta llegar al Mapoma, por lo que las sesiones no suelen ser por esos idílicos parajes y la prima vagancia te hace múltiples visitas.

No es que la haga demasiado caso pues en lo que llevamos de mes han caído 8 salidas mas alguna buena caminata, pero siempre con la sensación de que se sale porque es lo que toca.

Esta noche me he liado el frontal a la cabeza y las zapas de monte a los pies y he salido hacia nuestro querido Cerro, sin un objetivo claro simplemente ir viendo lo que salía; que básicamente han sido 13,5 km muy disfrutones dejándome llevar por los pies y terminando con mucha fuerza, haciendo el último kilómetro y medio a 4:30 siguiendo a las piernas que son las que se han puesto a tirar.

Eso sí como buena salida nocturna ha tenido su "anecdota" cuando al girar una curva de la senda me encuentro con dos puntos brillantes mas o menos a un metro del suelo y todo en absoluto silencio, me he quedado paralizado hasta que poco a poco he visto que el perro no estaba solo, pero preparado a la menor amenaza a subir al muro que tenía a mi izquierda, no se si sería mucho pedir que los perros pasearan atados, al menos es lo que hacía cuando lo tenía, evitaríamos al menos sustos.

Cero que seguiré pateando el monte hasta que empiece el plan específico Mapoma, es el mejor antídoto contra el otoño.





12 comentarios:

Juanqui dijo...

Esas son la smejores salidas: cuando no "avisamos" al cuerpo de lo que vamos a hacer, a lo que salga, es cuando mucha sveces saca lo mejor de nosotros mismos.

Halfon, la próxima vez que veas un perro ¡no salgas corriendo! Es de las pocas veces en las que correr lo complica todo, ya lo sabes, jejejeje. Quietecito y alejandote poco a poco sin mirarle a los ojos.

Un abrazazo

RA dijo...

Vaya susto, los perros deberían estar atados, no me gusta eso que dicen alguno de "no hace nada", (¡faltaría más que lo hicieran¡). Nueve salidas son pocas, puede que la falta de ganas sea por aburrimiento, cambia algo en los entrenamientos que lo haga más apetecible, no siempre estamos bien, levanta ese ánimo y a disfrutar.

Javier G. Martín dijo...

A mi me pasa igual, esta época me aplatana, donde esté el solecito y el calor que se quite todo.
trotar por el cerro siempre esta bien, cuidado con la noche :-)
hace un par de años entrenando para la M-S en una salida nocturna me pasó algo parecido, el frontal hizo que los ojos de un animal brillasen en la oscuridad, el problema es que los ojos estaban a metro y medio de altura, menudo susto, primero reduje la marcha, luego paré y al final casi le pregunto al bicho eso de: ¿qué eres? resultó ser un burro jeje, pero el sustó no se me quito hasta llegar a casa :-)

Novatillo total dijo...

Tenemos la suerte de que en las zapatillas tentemos el antídoto para esos momentos de bajón...

Tranquilo si mi perro no muerde jajajaj. Sólo faltaría que fuese a mordiscos por ahí...
Un abrazo

Javier Belloso Martínez dijo...

El otoño como a ti, me apaga pero tengo q reconocer que correr entre vegetacion caduca es una sensacion de lo mas bonita.

jajajaja los frontales los carga el diablo.

Un saludo!

Miguel dijo...

Más que por el frío, lo que más me fastidia es la falta de luz. Una de las razones por las que dejo la montaña en otoño es que solo puedo entrenar de noche y solo, si puedes no lo dejes.

Celina dijo...

A mí también me encantan los colores del otoño. Veo que no perdonas Mapoma, eres de los incondicionales, jeje

Raúl Rubio dijo...

Es cierto, los perros sin atar causan mucha inseguridad porque no sabemos como van a reaccionar.

Por otro lado muy buena pinta esos parajes que describes, me encantaría visitarlos y darme una buena caminata por ellos.

Un abrazo.

ANA (triatlonenfamilia) dijo...

Halfon a mi me da un miedo horroroso, ya no voy sola de dia, de noche ni me lo planteo. A mi me hace mucha gracia lo de ..no hace nada... y te ves al perro que viene directo...
A mi ya me ves gritando lo de ...me dan miedo, me dan miedo... a ver si asi lo cogen...
Y lo del ánimo nos esta pasando un poco a todos no se porque pero estamos todos un poco de bajon pero habrá que animarse.
Un beso

Yolanda Pingüina Veloz dijo...

Tu lo has dicho Alfonso, lo mejor para luchar contra la pereza otoñal es un buen plan de maratón. Yo ya lo voy necesitando. Lo malo es que el de Madrid queda algo lejos y es demasiado pronto para empezar.

Prisillas dijo...

Entiendo lo que dices. El cambio de horario y las pocas horas de luz influyen mucho.
Pero para mi al menos, la primavera y el otoño son las mejores épocas para disfrutar del monte. Sin temperaturas extremas. Con una naturaleza en plena evolución y repleta de colorido.
Deten tu zancada, respira hondo y comtempla el paisaje. Disfruta,

Abuelo Runner dijo...

DISFRUTA PATEANDO EL MONTE, QUE ES LA ACTIVIDAD MAS GRATIFICANTE PARA EL CUERPO Y MENOS AGRESIVA... YO MAÑANA ME VOY HACER 3HORITAS.
LOS PERROS ATADOS... SIEMPRE, LO TENGO CLARO SI ALGUNA VEZ ME MUERDE UN PERRO DENUNCIA Y QUE PAGUE EL DUEÑO.