Cerceda salió cruz

Abordaba esta carrera como la última prueba de pretemporada y disfrutarla corriendo a un ritmo medio de 5:30, pero en la moneda ha salido cruz.
La carrera salía a las 7 p.m. en un día pico de calor, pero la sensación al llegar a recoger el dorsal no era demasiado mala, lo que si se notaba era una gran sequedad en el ambiente, una vez recogido el dorsal hice un pequeño trote, no me sentí nada bien en este calentamiento, por lo que teniendo en cuenta que la carrera tiene unos primeros 4 kilómetros mas o menos favorables para que el cuerpo fuera cogiendo temperatura, decidí pasarme sin mas para ver si me encontraba con algún conocido.
En la zona de salida me encuentro con Ángel del foro de Novatos, charlamos un rato y se va ha calentar, yo prefiero quedarme ya por la zona y no castigar el cuerpo mas de la cuenta.
Antes de darse la salida me despido de Ángel que piensa correr a un ritmo mas lento.
La carrera no dispone de marcas de kilómetros por lo que tengo que correr exclusivamente por sensaciones y teniendo en cuenta que el primer avituallamiento está sobre el kilómetro 3,5, la trialera comienza sobre el 5 y el control de paso intermedio aproximadamente en el 7,5.
Se da la salida y procuro tomar un ritmo cómodo en los primeros kilómetros para ir cogiendo tono antes de la larga subida hasta Mataelpino, a la altura del segundo kilómetro estoy en un ritmo de 5:28 y me voy encontrando bien, aunque no arranco a sudar, cosa que me preocupa porque las pulsaciones van subiendo.
Después del primer avituallamiento a la salida del Boalo tomamos contacto con las pistas y la carretera se comienza a empinar un poco, el sudor sigue sin aparecer y las pulsaciones siguen ascendentes, por lo que al llegar a la trialera hago como el resto de corredores que me acompañan y hecho pie a tierra y subo a buen ritmo pero andando y corriendo cuando el terreno no pica tanto hacia arriba.
El último kilómetro de la subida me deja literalmente seco, las piernas se me vacían y entro en crisis pensando seriamente en el abandono ya que me cuesta ir manteniendo un paso mas o menos firme.
Ya en Mataelpino comienza el descenso y me pruebo hasta llegar al control de paso, si veo que no puedo recuperar me quedaré en él, pero las pulsaciones me bajan algo, aunque el sudor sigue sin aparecer.
Tomo el agua y me voy intentando recuperar en la bajada, momento en el que me alcanza Angel, le indico que siga tranquilamente que voy totalmente petado y en piloto automático intentando ya solamente llegar.
Se que antes del Boalo tenemos unas nuevas cuestas y desde aquí hasta Cerceda una sucesión de toboganes, por lo que fijo la vista a tres metros de mis pies e intento poner la cabeza en off.
Alcanzo el último avituallamiento agradeciendo las esponjas y botellas de agua bastante fresca que nos ofrecen, así como la improvisada ducha que con manguera nos había montado una de las vecinas, esto parece que me baja algo la temperatura y empiezo a rodar un poco mejor, desde el Boalo a Cerceda recupero terreno a un par de corredores y me veo superado por otros tantos, alguno con un muy buen ritmo.
Al final consigo llegar en 1:32:38, es decir arrastrándome a 6:23.
Después de comerme un par de trozos de sandia y dar cumplida cuenta de una nueva botella de agua, me encuentro con Angel que hace ya un buen rato llegó, comentamos la jugada y nos despedimos.
De vuelta al coche no consigo que me bajen las pulsaciones, por lo que me quedo dando una vuelta hasta que alcanzo un nivel apropiado.
En ningún momento sudé en condiciones, las pulsaciones medias fueron de un 78% para un rendimiento tan pobre, el pico de pulsaciones estuvo en un 85%.
La carrera perfectamente organizada, con fruta, agua y camiseta al final. Por mi parte poco mas que añadir lo único positivo fue no abandonar y llegar hasta la meta.