Seguidores

viernes, 19 de julio de 2013

GTP 2013, crónica de un abandono


Normalmente las crónicas de las carreras salen solas, pero esta vez ha sido distinto me ha costado encontrar el tono.

Al final he optado por hacer una entrada que recoja tanto la crónica de esos kilómetros que conseguí hacer del GTP, como un resumen de todos los errores que he ido encontrando en el análisis de como transcurrió todo el día.

Lo que en principio debía de jugar a favor como era tomar el viernes de vacaciones se convirtió en el primero de los problemas, lo primero que hice fue romper mi sistema habitual de alimentación, no me levanté a las 6 de la mañana para desayunar y ya fui con todas las comidas del día retrasadas, además no me preparé comida para mandar a Rascafría y tener en la salida, pensaba que con lo que llevaba encima y lo que había en los avituallamientos podía ser suficiente para cumplir bien el objetivo.

Ya por la tarde me voy a Navacerrada con todo preparado, mochila de carrera y mochila para enviar a Rascafría con ropa de recambio y me dirijo a recoger el dorsal y el chip. Nos juntamos una buena representación de Los Locos y después del posado unas buenas cervezas para relajar el ánimo.




Luego ya en solitario me voy al coche a terminar de equiparme y dejar la mochila para Rascafría, también me encuentro con Dani Casaus, Almu,  Carlos, Juanlu...

Ya preparado vuelvo a la salida con los nervios propios del momento y siendo consciente de que me esperan 18 km hasta el primer avitua llamiento y la falta de cena tiro de gominolas Powerball.

En la espera a tomar la salida veo a Chema que se ha acercado y puedo hacerme la foto con la bandera de Los Locos, con la esperanza de repetirla horas después y en sentido contrario.







A las 23 en punto se da la salida y partimos rumbo a la noche. Tenía previsto ir trotando hasta La Barranca, la subida de este primer tramo se me hace cómoda tomando un ritmo constante que hace que casi sin darme cuenta me encuentre en los aparcamientos, cuando me dispongo a andar para afrontar las primeras rampas de la subida hacia La Maliciosa veo que nos pasan al otro lado del embalse y así vamos medio trotando y andando ya en fila india, tras varias pasadas de los arroyos de la zona, alcanzamos la Fuente de la Campanilla, en este punto noto que voy un poco fuera de punto, pero me mantengo bien en carrera ganando algunas posiciones.

La subida a La Maliciosa me la tomo un poco mas relajado y me planteo hacer un par de paradas para no quemar demasiada energía en este punto, con esa estrategia voy ganando altura perdiendo alguna posición en las paradas, pero llego entero al collado del Piornal



En este punto solo queda la subida al control, el espectáculo es impresionante con los frontales y las luces traseras.


Tanto en la subida a Maliciosa


Como en la bajada hacia la Pedriza.

Al paso por la Maliciosa veo que voy con 18 minutos de adelanto sobre mi mejor horario previsto, se que este tiempo se me va a ir en la bajada así que sin parar sigo la estela de los corredores que me preceden.

La primera parte de la bajada como tenía previsto, me cuesta y me van pasando corredores hasta la llegada al Collado de las Vacas para tomar la Cuerda de los Porrones, este tramo se me hace peor de lo previsto, si bien mantengo la posición el no poder correr me empieza a agobiar; cuando entramos en las sendas de la Pedriza se me vienen abajo las pilas del frontal y en lugar de parar y reponerlas sigo con la luz de los frontales que llevo delante y detrás y la que le queda al mio, aquí un 10 al frontal ya que mantuvo la luminosidad restante sin caer mas.

La falta de luz hace que no corra como debiera en estas sendas, hasta que una vez completadas las bajadas mas pronunciadas la senda se estabiliza y en ese momento comienzo a correr alejándome de mis seguidores, cuando me engancho en una piedra y voy en busca del suelo, revisión de daños positiva diversos rasguños pero nada serio, me limpio con el agua de uno de los bidones y prosigo andando hacia Canto Cochino, no me atrevo a correr y las luces se van alejando.

Aquí empieza uno de los primeros agobios ya que no me sobrepasa nadie pese a ir andando, aunque a buen ritmo miro constantemente hacia atrás y solo hay oscuridad, seguramente con todo esto vaya en última posición y el tiempo se me está yendo.

Al llegar al siguiente control alcanzo a otro competidor, en el control está Belén que rápidamente me localiza y avisa a la medico para que me limpie algo mas las heridas y junto con el resto de voluntarios me pasa comida y bebida y sobre todo algo que en ese momento me viene muy bien que es conversación, miro el reloj y ahora mismo estoy en el filo de la navaja voy a ritmo de 30 horas y se que aún queda la bajada desde el Collado de la Dehesilla que al principio es algo técnica. Cuando abandono el control me avisa Belén que tengo 20 minutos de margen, que vaya tranquilo pero que no me descuide.

La subida al Collado de la Dehesilla me lleva una hora que es lo previsto, pero la bajada una vez superada la primera parte me presenta un aspecto que me sorprende, mucha vegetación que impide correr, no me quiero arriesgar a otra caída con las raíces y piedras que oculta; en este tramo hago team con otro corredor y nos vamos ayudando en la localización del camino.

Cuando se despeja el panorama mi compañero ocasional comienza a correr, pero yo espero a que la senda se convierta claramente en pista y empiezo a trotar y recuperar posiciones, pero voy muy agobiado con el tiempo, en este tramo se me está yendo mas de media hora y se que los escobas tienen que estar muy cerca.

En el control de la Hoya de San Blas me siento a comer y beber algo antes de salir rumbo a la Morcuera, tengo ganas de que empiece a amanecer y quitarme el frontal, me empieza a molestar ya después de tantas horas.

El tramo de la Hoya se me empieza a atragantar, parece que no acabo de progresar como debiera, troto en las bajadas pero el tiempo parece que va mas rápido y el chip se cambia y empiezo a tener un bajón mental, llevo desde Canto Cochino luchando con la idea de que "mi carrera" no ha salido, en las subidas he mantenido el tipo pero las bajadas claramente me han superado.

Se que es una tormenta de pensamientos negativos que si consigo sobrepasar podré seguir, pero en plena lucha el GPS cierra la sesión, otro mas de la cadena de fallos ha sido no limpiar la memoria y se ha llenado, con todo me quedo sin la referencia de distancia.

Avanzamos por la pista pero siempre que miro a la izquierda encuentro la cima de la Najarra y a la derecha el embalse de Santillana, casi hubiera sido mejor haber seguido de noche.

Esta vez no remonto, cuando empiezan a llegar las rampas mas fuertes me voy viniendo abajo, me hubieran venido bien los bastones, lanzo un washapp a Olga y a los compañeros, en Morcuera lo dejo, rápidamente empiezan los mensajes de apoyo, pero la idea ya se ha enraizado y no hay retorno, en ese momento no me encuentro con fuerzas para enfrentarme con otros 70 km y pienso que no merece la pena siquiera intentar llegar a Rascafría.

Me paro a estirar pues se me empieza a bloquear el empeine y además ya no me importa llegar fuera de control.

Cuando llego a la Morcuera faltan 5' para el cierre, pero antes de nada entrego el dorsal, luego ya como y bebo y me voy al autocar.

Lo que llevo aprendido es que incluso lo que crees puede ser tu mejor baza se puede volver en tu contra, nunca se puede bajar la guardia y tengo que entrenar mas el aspecto sicológico.

El amigo Mikel en mi entrada anterior me dejo un comentario tremendamente acertado:

"La pregunta que te tienes que hacer antes de contemplar esa nueva aventura no es si podrás completarla, sino si has disfrutado en la preparación y los kilómetros del sábado, si la respuesta es afirmativa... ¡adelante!".

Realmente han sido medio año de perseguir un sueño, he disfrutado de cada uno de los momentos de la preparación. 

Ahora mismo me siento mas fuerte y para mi el GTP'2014 ha comenzado, ahora son momentos de levantar el pie y preparar la nueva temporada.






lunes, 1 de julio de 2013

GTP, la no crónica

Esta edición no ha sido posible, casi nueve horas y media de carrera antes de retirarme en la Morcuera,  ha sido la carrera equivocada y de nada sirve ver lo que tendría que haber hecho y no hice, lo que hice de una forma y debiera haber sido de otra, pero ahora lo importante es reposar la experiencia, detectar los problemas, buscar las soluciones y poner nuevamente un pie delante del otro y buscar un nuevo horizonte.

Eso sí al que tengo plenamente identificado es al principal de los errores y el padre de todo el desastre, planificar un tiempo de finalización, ni tengo la experiencia en ultras, ni conocía todo el recorrido para hacer la apuesta que hice.

La cabeza que considero uno de mis  puntos fuertes, esta vez ha sido mi principal enemigo.

El sábado estaba convencido que esta prueba no es para mí, no se si volveré a correrla, pero lo que si sé es que volveré a recorrer el camino para intentarlo, luego ya veremos si se materializa o realmente solamente tenía una bala para ella.