Ayer disfruté de un rodaje estimulante y que puso a prueba todos mis sentidos y en algunos casos con la adrenalina a tope. El recorrido atravesaba por unos lugares en los que acechaban animales de ojos brillantes que estimulados por luces amarillas intermitentes o unas misteriosas líneas dibujadas en el suelo se lanzaban en persecución de este atrevido corredor que en un alarde de agilidad y velocidad consiguió esquivarlos a todos.
Esto de rodar por Madrid tiene su aliciente, pero esta tarde espero disfrutar de un poco mas de tranquilidad por mis rutas tradicionales de tierra.
El rodaje de ayer por diversas calles de La Latina y Carabanchel me lo tomé en plan de disfrutar y a lo que saliera, quiero relajar la mente y hacer caso a todos los que me habéis recomendado no forzar la máquina mas de lo necesario.
Saliendo en estas circunstancias voy suelto y cuando me quiero dar cuenta me encuentro con 12 km en la mochila a un ritmo de 5:15 con una gran sensación.
Empiezo a tener claro que la Maratón tal y como la tengo planificada está en las piernas, pero la tengo que tener también en la cabeza, no obsesionarme y salir a disfrutar que de esa forma podré alcanzar el objetivo propuesto, lo que he visto en las últimas carreras es que saliendo presionado por un objetivo fuerte no consigo rendir en condiciones, me pasó el otro día en la Behobia y me viene pasando en entrenamientos mas o menos exigentes.
Los rodajes que me quedan esta semana y la próxima serán al ritmo que pida el cuerpo, pero sin pasar en ningún caso de los 90 minutos. Luego bajando en la última semana