Segunda primera edición de una carrera esta temporada y nuevamente un Trail, esta vez la carrera se celebraba por nuestro querido Cerro, por lo que estaba claro que había que correrla.
Una carrera con una muy buena organización, salvo algún problemilla inicial con las inscripciones.
El recorrido elegido aseguraba una carrera divertida por muchas de las sendas, cortafuegos y pistas por las que solemos entrenar y el día amaneció radiante como complemento perfecto.
Allí nos juntamos un buen puñado de Locos, aunque se echó en falta alguno, para cada uno a su nivel disputar la carrera.
Para esperar la salida me quedé con Carlos al final del pelotón para no molestar ya que mi ritmo es demasiado "ultra" para la distancia y rapidez de esta carrera.
Sobre el desarrollo de la carrera ningún hito destacado, desde el km 4 aproximadamente ya las posiciones estaban estabilizadas e iba perdiendo en las bajadas lo que ganaba en las subidas, pero es lo lógico cuando un análisis de los datos posterior te da que la velocidad de ascenso es de 720.8 m/h y la de descenso de 679,9 m/h. Finalizando en 2:10 con unas muy buenas sensaciones durante todo el recorrido.
Respecto a la organización como comentaba anteriormente ni un pero,el recorrido muy bien elegido agrupando las subidas mas importantes en los 10 primeros kilómetros de la carrera y mas rápidos los 7 últimos, aunque estos tengan su pimienta en las bajadas técnicas y un kilómetro de subida a dos de meta, que particularmente me vino de fábula para recuperar posiciones, con el mínimo asfalto indispensable para entrar y salir del pueblo.
Los avituallamientos muy correctos, un par de en el recorrido con agua el primero y agua + agua con cafeína + plátano + barritas el segundo y uno completo en meta.
El marcaje perfecto, siempre viendo al menos dos balizamientos uno por delante y otro por detrás y algún voluntario de apoyo en algunos desvíos.
Control riguroso con cinco puntos intermedios bien colocados para evitar que se hagan recortes de recorrido.
Unidades de Protección Civil a lo largo del recorrido y próximas a los puntos que pudieran generar mas problemas de torceduras.
En resumen una carrera que espero repita el próximo año.
martes, 26 de noviembre de 2013
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Otoño
Esta estación no se porque pero el ánimo me lo hunde un poco, será que además del acorte de días el que de repente te recorten otra hora mas hace que el espíritu tarde algo en adaptarse.
La contrapartida es que es la mejor época del año para perderte por el monte, los colores de las hojas van cambiando, el terreno se ablanda y los olores renacen con fuerza, sin contar con las setas, pero claro lo que tenemos por delante en el calendario son unas cuantas pruebas de asfalto hasta llegar al Mapoma, por lo que las sesiones no suelen ser por esos idílicos parajes y la prima vagancia te hace múltiples visitas.
No es que la haga demasiado caso pues en lo que llevamos de mes han caído 8 salidas mas alguna buena caminata, pero siempre con la sensación de que se sale porque es lo que toca.
Esta noche me he liado el frontal a la cabeza y las zapas de monte a los pies y he salido hacia nuestro querido Cerro, sin un objetivo claro simplemente ir viendo lo que salía; que básicamente han sido 13,5 km muy disfrutones dejándome llevar por los pies y terminando con mucha fuerza, haciendo el último kilómetro y medio a 4:30 siguiendo a las piernas que son las que se han puesto a tirar.
Eso sí como buena salida nocturna ha tenido su "anecdota" cuando al girar una curva de la senda me encuentro con dos puntos brillantes mas o menos a un metro del suelo y todo en absoluto silencio, me he quedado paralizado hasta que poco a poco he visto que el perro no estaba solo, pero preparado a la menor amenaza a subir al muro que tenía a mi izquierda, no se si sería mucho pedir que los perros pasearan atados, al menos es lo que hacía cuando lo tenía, evitaríamos al menos sustos.
Cero que seguiré pateando el monte hasta que empiece el plan específico Mapoma, es el mejor antídoto contra el otoño.
La contrapartida es que es la mejor época del año para perderte por el monte, los colores de las hojas van cambiando, el terreno se ablanda y los olores renacen con fuerza, sin contar con las setas, pero claro lo que tenemos por delante en el calendario son unas cuantas pruebas de asfalto hasta llegar al Mapoma, por lo que las sesiones no suelen ser por esos idílicos parajes y la prima vagancia te hace múltiples visitas.
No es que la haga demasiado caso pues en lo que llevamos de mes han caído 8 salidas mas alguna buena caminata, pero siempre con la sensación de que se sale porque es lo que toca.
Esta noche me he liado el frontal a la cabeza y las zapas de monte a los pies y he salido hacia nuestro querido Cerro, sin un objetivo claro simplemente ir viendo lo que salía; que básicamente han sido 13,5 km muy disfrutones dejándome llevar por los pies y terminando con mucha fuerza, haciendo el último kilómetro y medio a 4:30 siguiendo a las piernas que son las que se han puesto a tirar.
Eso sí como buena salida nocturna ha tenido su "anecdota" cuando al girar una curva de la senda me encuentro con dos puntos brillantes mas o menos a un metro del suelo y todo en absoluto silencio, me he quedado paralizado hasta que poco a poco he visto que el perro no estaba solo, pero preparado a la menor amenaza a subir al muro que tenía a mi izquierda, no se si sería mucho pedir que los perros pasearan atados, al menos es lo que hacía cuando lo tenía, evitaríamos al menos sustos.
Cero que seguiré pateando el monte hasta que empiece el plan específico Mapoma, es el mejor antídoto contra el otoño.
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