Hablando el otro día con unos compañeros sobre la utradistancia y sobre todo el tiempo que pasamos en carrera incluyendo la noche, me comentaban que les sería imposible pasar la noche sin dormir, seguir corriendo por el día e incluso afrontar una segunda noche, en ese momento fuí consciente de algo que en principio me había llamado la anteción después de mi primera Madrid-Segovia y que ahora después del GTP podía confirmar.
Cuando corro en ultradistancia y estoy concentrado en la carrera, el transcurso del tiempo se relativiza sobre manera, llegando incluso a perder su significado.
Parece mentira como tu cabeza va funcionando perfectamente, es mas aprovecho para ir haciendo un repaso de todos los temas que me interesan y que normalmente no les puedo dedicar tanto tiempo. Mediante las nuevas tecnologías voy mandando mensajes en los avituallamientos indicando como te vas sintiendo. Interactuas con otros corredores e incluso llevo un reloj en la muñeca, pero parece que entro en un estado mental en el que el tiempo no existe.
No es que me pase como en las leyendas del monje Yves o de San Virila:
El monje Yves, quien, buscando leña en el monte escuchó el canto de un pajarito que estaba posado en la rama de un árbol y quedó embelesado por la melodía. El monje persiguió al ave durante todo el día y, al regresar al monasterio, los monjes no lo reconocieron pues durante este breve período de tiempo habían transcurrido 300 años.

(Ref. http://dunheim.blogspot.com.es/2012/10/la-leyenda-de-san-ero.html).
Por suerte estas carreras no son 300 años y cuando vuelves a casa tus seres queridos aún te reconocen.
Cuando terminé la Madrid - Segovia, no era capaz de centrar el tiempo sabía que había tardado 19 horas 25 minutos, porque lo había visto en el crono al llegar pero era una cifra mas, no me indicaba que había tomado la salida a las 9 de la mañana y que era las 3:25 del día siguiente.
El año pasado en el GTP me pasó justo al contrario, iba constantemente pendiente del reloj obsesionado con la tabla de tiempos que me había marcado y que en Canto Cochino ya no me servía de nada, el resultado mentalmente fuera de carrera y abandono en Morcuera.
El el Trail del Guadarrama, aunque no llegara a ultra, salí son una estimación de tiempo pero sin concretar demasiado y hasta que no andaba ya en el último tercio de carrera y empecé a comunicar con Olga para avisarla de como andaba de tiempo para que me esperara, no comencé a ser consciente de como había transcurrido, iba inmerso en la carrera y solamente me fijaba en los corredores que bien me pasaban o pasaba.
En el GTP este año directamente salí solamente con una pequeña estimación de tiempos "oficial", para que Olga supiera con mis avisos en los controles como iba, pero habiendola hecho la indicación que hasta que no pasara el control del Puerto no tendríamos tiempo de llegada previsto a meta. En la mochila junto con el gel de emergencia llevaba un pequeño papel con mis tiempos mas ideales de paso.
Por primera vez desde hace mucho tiempo el GPS se había quedado en casa y solamente llevaba un reloj "de los de dar la hora". Creo que lo miré en Maliciosa, Canto Cochino, en Peñalara y en la Granja.
En Maliciosa me sirvió para ver que iba algo mejor que el año pasado, en Canto Cochino confirmé que iba bien sobre el cierre de control, en Peñalara vi que eran algo así como las 15 horas, pero esa información no me aportaba ningún conocimiento válido en ese momento, incluso a Ricky le mandé un mensaje que si me hubiera fijado era erroneo. "2:30 para la Granja", cuando debería haber sido "algo mas de 1:30 para la Granja".
Cuando llegué a La Granja saqué mi pequeña chuleta, por primera vez y miré el reloj, en ese momento ví que mi tiempo estimado mas optimista lo estaba rebajando y en ese momento algo se activó.
Desde La Granja hasta Fuenfría Ricky de vez en cuando me cantaba la hora y me indicaba que seguía bajando, pero nuevamente estaba en otra sintonía y no era demasiado consciente de lo que eso significaba, hasta que en el Schmid se me presentó claramente que podía llegar en sábado a meta. Luego el tiempo siguió sin tener demasiada importancia ...
Es extraño transitar durante tantas horas y kilómetros "fuera del tiempo", pero quizás esto sea lo que al menos a mí me permita superar estas pruebas, no corro contra el tiempo, corro contra la distancia y de esa si que soy consciente.